Viajes

Kioto: tradición, cultura y belleza natural

La antigua capital nipona es visita obligada para los amantes de los jardines, la artesanía, el té, la gastronomía y de los templos más impresionantes del país.

Visitar Japón sin pasar por Kioto es como ir a la playa sin bañarse en el mar: imperdonable. Kioto es una ciudad ubicada en el centro del país, conocida por su rica historia, cultura y patrimonio. Fue la capital imperial de Japón durante más de mil años, desde 794 hasta 1868, lo que la convierte en una de las metrópolis más históricas y culturalmente significativas.

Así, la que antiguamente fue la capital del país deslumbra hoy en día por sus innumerables templos, sus casas de madera, sus paisajes, jardines y restaurantes que mantienen su esencia haciendo que aún sea posible encontrar remansos de paz absoluta. Aquí te contamos los imprescindibles que sí o sí debes visitar y saber durante una visita en este precioso lugar.

Llegada y alojamiento 

¿Cómo llegar? Dependiendo del lugar de partida, existen varias formas para llegar a Kioto. Una de las más comunes es desde Tokio con el tren Shinkansen Tōkaidō con salida desde la estación de la actual capital del país. El viaje dura entre 2 y 3 horas, dependiendo del tipo de Shinkansen (Nozomi, Hikari o Kodama), y el costo es de alrededor de 13,000 yenes. 

Otra de las salidas más comunes es desde Osaka. Por aire, la opción más común es aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Kansai (KIX), y desde allí, tomar un tren, el JR Haruka Express, o autobús hacia Kioto. Si es directamente por tierra, en la Estación de Osaka es necesario tomar el tren JR Shinkansen (Hikari o Nozomi) o el JR Special Rapid Service, una opción más económica. También se puede llegar por Hiroshima, un viaje en tren que dura unas 2 horas, con un costo de aproximadamente 10,000 yenes.

¿Dónde alojarse? La respuesta es sencilla: en el más nuevo hotel de la ciudad, en el Banyan Tree Higashiyama Kyoto. Un oasis de paz que combina la estética tradicional japonesa con lujo moderno y toques únicos como un escenario Noh, un arte escénico japonés clásico que data del siglo XIV, en el que los artistas usan máscaras y disfraces para cantar y bailar en el escenario. 

Foto cortesía Banyan Tree

El hotel cuenta con 52 habitaciones inspiradas en la arquitectura local, incluido el uso de materiales naturales como madera, piedra y papel, que predominan en las casas tradicionales de Kioto. Además, la cuidadosa colocación de obras de arte y muebles crea un entorno sereno que resuena con el espíritu de la ciudad. Tres de los seis niveles incluyen onsen naturales privados, los baños termales naturales muy populares en todo Japón.

Foto cortesía Banyan Tree

La gastronomía es también muy importante en el hotel con su restaurante Ryozen, dirigido por el chef Shinya Akizaki. El lugar donde se sirven desayunos tradicionales, almuerzos y cenas con platos de temporada con énfasis a los ingredientes frescos. Una mezcla de comidas tradicionales de estilo kaiseki e interpretaciones modernas de platos japoneses clásicos que dan como resultado una experiencia gastronómica exquisita. Y todo servido en un comedor con vistas a su impactante jardín de bambú. El bar del hotel, Bar Ryozen, ofrece bebidas clásicas y sake y whisky locales de Kioto.

Foto cortesía Banyan Tree

Paradas obligatorias

El santuario más famoso de Kioto, el Fushimi Inari-taisha es una de las visitas estrella. Conocido por sus miles de torii rojos que forman pasillos interminables en las montañas resulta una de las imágenes más famosas de Japón.  Además, el sendero por el monte Inari ofrece una experiencia mágica, especialmente temprano en la mañana o al atardecer. Le sigue el Pabellón Dorado, el Kinkaku-ji, un templo zen famoso por su pabellón cubierto de hojas de oro que se refleja en un estanque. Su belleza y serenidad lo convierten en uno de los destinos más populares de Kioto.

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Gion, el famoso barrio de geishas de la ciudad, es otra visita obligatoria. Lleno de casas de té, tiendas tradicionales y callejones empedrados es el lugar perfecto para sumergirse en la cultura tradicional japonesa. Y si hay suerte, se puede ver a una maiko (aprendiz de geisha) o geisha caminando por las calles. Sin olvidar Arashiyama, un distrito situado al oeste de Kioto, famoso por su bosque de bambú, el puente Togetsukyo y los templos cercanos.

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Finalmente, el Castillo Nijo, es otra de las paradas imprescindibles. Un castillo histórico, construido en el siglo XVII que fue la residencia de los shogunes Tokugawa en Kioto. Cuenta con hermosos jardines y salas con suelos “ruiseñor”, que chirrían al caminar para alertar de posibles intrusos. A ellos les sigue el Pabellón de Plata, el templo budista Sanjusangendo y muchos otros rincones más. Kioto es sin lugar a dudas, un destino para perderse durante muchos días.

Hablemos de gastronomía 

Kioto, siendo una ciudad con una rica tradición cultural e histórica, tiene una gastronomía muy especial que refleja su herencia imperial y budista. ¿Uno de sus platos más emblemáticos? El Kaiseki. Más que una receta, es un estilo de cocina tradicional japonesa que se caracteriza por ser una comida elegante y cuidadosamente presentada, con múltiples platos pequeños que destacan los ingredientes de temporada. En Kioto, el kaiseki tiene un enfoque más austero, influenciado por el budismo zen.

El Yudofu es otro plato muy popular, especialmente cerca de los templos budistas. Consiste en tofu caliente cocido en agua con un poco de algas y servido con condimentos como salsa de soja, cebollín y mostaza. Una receta sencilla pero llena de sabor. El Nishin Soba es otro, un plato de fideos soba servido con un pescado curado, generalmente arenque (nishin), que tiene un sabor umami muy particular. Una receta muy apreciada en la ciudad, especialmente en las estaciones frías.

Y por supuesto, el Obanzai, una forma de cocina casera, similar a la comida de una abuela, que se basa en platos de temporada con una gran variedad de vegetales y pescados. ¿El resultado? Manjares sencillos pero muy sabrosos, con ingredientes frescos y naturales.

Matcha, matcha, matcha 

Kioto es famoso por su té verde, especialmente el matcha, que se utiliza no solo para preparar té, sino también en dulces y postres. Los wagashi (dulces japoneses) que contienen matcha son muy populares, y puedes encontrar una gran variedad de ellos, desde pasteles hasta helados y chocolates. Imposible irse de la ciudad sin haber degustado uno, así como comprar una bolsita de matcha en polvo para llevar a casa, su calidad es ceremonial y a muy buen precio. 

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El Hojicha es otra de las bebidas típicas de la ciudad. Otro tipo de té verde, que a diferencia del matcha, se elabora con hojas de té verde tostadas. Esta bebida tiene un sabor más suave y menos amargo que el té verde convencional y es muy popular en Kioto. A menudo se sirve en restaurantes tradicionales, especialmente durante la temporada de frío, ya que puede tomarse tanto caliente como frío. Alrededor de la ciudad se pueden encontrar numerosas casas de té y jardines donde se puede experimentar la tradición milenaria de la ceremonia del té.

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Jardín botánico, foto cortesía Banyan Tree

Sin lugar a dudas, Kioto es una preciosa ciudad que conserva muchos ejemplos de arquitectura japonesa tradicional, como las machiya (casas de madera tradicionales) en el barrio de Gion y el Palacio Imperial de Kioto. Además, alberga más de 2.000 templos, santuarios y jardines, muchos de los cuales son Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Y muchísima naturaleza al estar rodeada por montañas y preciosos jardines. Un lugar de paz, a pesar de lo cada vez más popular y transitado que se está convirtiendo en los últimos tiempos. Kioto es un destino donde la tradición, la cultura y la belleza natural se combinan de una manera única.

Kioto, foto cortesía Banyan Tree

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