Hay una infinidad de lugares en el mundo preciosos, auténticos paraísos que mantienen toda su esencia y son realmente únicos, pero que se mantienen desconocidos a ojo de los turistas o incluso de los mismos locales del país. Ya sea por la dificultad de llegar, por la poca comunicación o mil razones más. Y uno de esos paraísos es sin lugar a dudas Porto de Pedras, en la costa este de Brasil.
Este paraíso se encuentra ubicado a 100 km de Maceió, la capital del estado de Alagoas, en la desembocadura del Río Manguaba. Un pequeño pueblo de pescadores que poco a poco se ha hecho más conocido hasta convertirse en el destino de muchos para desconectarse del ruido de las principales ciudades de Brasil.
A Porto de Pedras se puede acceder de dos formas: carretera por la al-101 Norte hasta Japartinga o por barco en el transbordador del río Manguaba. Dos trayectos un poco complicados de conocer pero que en parte hacen que Porto de Pedras sea un lugar aún menos transcurrido y un auténtico oasis de paz repleto de riqueza en todos los sentidos. ¡Bienvenido a Porto de Pedras!
Un lugar con mucha historia
Porto de Pedras estuvo habitado a lo largo de su historia por numerosas tribus indígenas, las cuales tenían la agricultura como su actividad principal, en especial la caña de azúcar y la pesca. A principios del siglo XVI, el territorio fue ocupado por los portugueses primero y después por los holandeses. Para entonces, Porto de Pedras no era un municipio como tal, sino que formaba parte de Porto Calvo. No fue hasta 1815 que consiguió su categoría de Villa.
En 1864 las cosas se complicaron y volvió a perder su autonomía: fue incorporado al municipio de Passo de Camaragibe, donde se mantuvo hasta 1921, cuando se consolidó definitivamente como municipio independiente. Desde entonces ha pasado por mil etapas, creciendo y desarrollando nuevas actividades para poder convertirse en lo que es a día de hoy: un verdadero paraíso donde son muchas las personas que tienen su segunda residencia, e incluso algunas la primera.
¿El motivo? Muchos, pero uno de los primordiales es que con el paso de los años se convirtió en una escala de las embarcaciones en la ruta hacia Recife (ciudad importante de Brasil). Por ello, en el siglo XX se levantó un faro cerca de la Praia de Porto de Pedras con el objetivo de ser una ayuda a los navíos en su entrada del puerto.
Actualmente, Porto de Pedras es un municipio costero con playas espectaculares y vírgenes que se ha integrado en la Costa dos Corais. Y poco a poco, ha pasado a ser más conocido y ser un destino turístico, principalmente por los brasileños. Una tendencia que se vio aún más en auge tras la pandemia. Eso sí, aún consigue mantener esa esencia que lo convierte en un auténtico oasis de paz.
Las hermosas playas y piscinas naturales
Si Porto de Pedras es hermoso y único por algo es por sus preciosas playas y piscinas naturales. La Playa de Patacho, Sâo Miguel dos Milagros, Laje, Tatuamunha y Toque son las más famosas: de aguas cristalinas, arena fina y mar tranquilo. Ideales para largos paseos con vistas espectaculares y todas rodeadas de palmeras y con una exuberante vegetación llena de manglares.
Además, Porto de Pedras dispone de piscinas naturales llenas de peces colorados que se pueden ver a través de los paseos en barco por los ríos Manguaba y Tratuamunha. Durante el día hay rutas por las mañanas y por las tardes para disfrutar del paseo y de las vistas en cualquier momento, en barcas minimalistas y coloridas: muy auténticas.
Otra parada obligatoria es sin lugar a dudas el Faro del Porto de Pedras, con una gran vista hacia la playa del Porto de Pedras, la barrera de corales, el río Manguaba y el municipio de Japaratinga, ubicado muy cerca (y un lugar también hermoso de visitar). Se puede llegar al Faro por la calle de adoquín ubicada al lado de la antigua cárcel pública, lugar de interés también.
¿Dónde alojarse en Porto de Pedras?
Uno de los lugares por excelencia para alojarse en Porto de Pedras, y en especial para los amantes del diseño, es Casa Brasileira. Una galería de arte y hotel con ocho habitaciones que alberga detalles marcados por los ornamentos y arabescos típicos de la arquitectura de la región, y por una increíble selección de artesanía nordestina, junto con obras de arte elegidas en anticuarios.
Casa Brasileira fue construida y decorada por sus propietarios, quienes buscaron hacer una inmersión en la época de las mansiones de estilo colonial y las plantaciones de cocos de los años 20. Más concretamente, su objetivo era hacer un lugar acogedor, su casa en Porto de Pedras, y que al mismo tiempo fuera un tributo a todo lo que representa su país, Brasil. La casa de los brasileños: Casa Brasilera. ¿Como resultado? Una hacienda nueva que parece haber sido construida hace muchísimos años y recuperada. Una faena de toda la vida, pero la realidad es que su construcción es actual.
Años después decidieron venderla a sus actuales propietarios, Luciano Caribé y Thiago Monteiro, quienes han querido mantener al máximo su diseño original e incorporar aún más detalles para mostrar el talento de Brasil y todos sus rincones. Así, además de ser un hotel boutique, también es una galería de arte que acoge muchas obras. Sin dejar de mencionar su excelente ubicación, frente a la Playa do Patacho, con acceso directo a ella.
Comida local exquisita y llena de sabor
Porto de Pedras también dispone de varios restoranes excelentes para comer. Y por supuesto, el pescado es uno de los platos principales. Uno de los más emblemáticos es el restorán O Jangadeiro Patache. Carlos y Renata se enamoraron de Pedras do Patacho y decidieron poner allí su local, un lugar donde la pesca artesanal, las frutas tropicales y los ingredientes producidos en el interior son fuentes de inspiración para ofrecer platos exquisitos. Un restorán que ofrece ambiente gastronómico y artístico, rodeado de bellezas naturales, que inspiran menús basados en la estacionalidad de los ingredientes y los afectuosos recuerdos de Alberto Ferreira, el padre de Carlos, quien al mundo fue un fotógrafo premiado, en privado revela su vocación y pasión por la cocina.
Otro a destacar es el restorán de la Pousada Xuê, la cocina está dirigida por el chef Guido Migliorini, italiano y propietario de la posada, combinando sus orígenes con técnicas desarrolladas durante su paso por restoranes como Emiliano y D.O.M, en São Paulo. El menú se elabora según las variedades de temporada que ofrece el mercado regional, utilizando siempre los productos más frescos: pescados y mariscos, frutas, verduras y hierbas orgánicas cosechadas diariamente de su huerta.
Y no puede faltar el restorán no Tacho, un lugar donde degustar la gran selección de pescados frescos de la costa, las más tiernas carnes de origen certificado y los frescos y suculentos sabores de las frutas y verduras de temporada. Una experiencia única e inolvidable, presentada con la maestría y el sabor de recetas antiguas que traen recuerdos de tiempos pasados y sabores olvidados.
¿Será Porto de Pedras tu próximo destino? Un lugar muy especial que cautiva a todo viajero que decida ir a descubrirlo. Por su gente, maravillosa y muy acogedora; por su gastronomía y por supuesto, por sus preciosas playas. Un destino donde pasar un mal rato es imposible.