«Veinte años no son una trayectoria fácil en una galería de arte. La prueba es las pocas galerías que hay”, dice Rosita Lira en la trastienda de la galería Artespacio, que este año cumple 20 años. Con los colores brillantes de una gran pintura de Matta de fondo, ella y su socia María Elena Comandari, discuten qué es lo que las ha llevado a perdurar en el tiempo. María Elena dice que es el profesionalismo, Rosita agrega que es por la excelencia de las obras que muestran.
La creación de Artespacio fue bien cerebral. Discutieron un año entero qué querían hacer y cómo querían hacerlo. Las dos habían trabajado en galerías antes, después se independizaron y, por cosas de la vida, siempre se topaban: si una organizaba una exposición en un museo, la otra era la encargada de la muestra siguiente; una venía saliendo de una reunión con empresarios para conseguir fondos, la otra venía entrando.
Decidieron que querían algo diferente a lo que había, con aires a un loft en Nueva York. Por eso optaron por un segundo piso y diseñaron –junto a Enrique Brown– una planta libre totalmente blanca, donde sólo destacara la obra del artista.
No es coincidencia que uno de los hitos de la galería, una piedra grande a la entrada del edificio, sea una escultura de Francisco Gazitúa. Desde un principio las directoras de Artespacio se propusieron dar a la escultura un espacio importante. Por eso la primera exposición que hicieron fue una colectiva en la cual participaron Federico Assler, Fernando Casasempere, Sergio Castillo, Aura Castro, Francisca Cerda, Lily Garafulic, Francisco Gazitúa y varios más. Más adelante organizaron otra en Europa con artistas chilenos consagrados. Fue tanto el éxito, que la muestra se paseó de país en país pasando por Francia, Italia, Portugal y Bélgica. También tienen en la retina la exposición de Matta que organizaron con la galería Marlborough. Además, mencionan la del venezolano Jesús Rafael Soto y la del colombiano Edgar Negret. Del venezolano tienen los mejores recuerdos. Cuentan que cuando vino a Chile, lo fueron a buscar al aeropuerto muy tarde y pensaron que por su avanzada edad, lo llevarían al hotel y se verían al día siguiente. Pero el artista las hizo trasnochar ese mismo día, y los diez que estuvo en Chile, hasta las cinco de la mañana. “Nunca lo hemos pasado mejor ¡Era una gran persona!”, dicen. Así y todo, se les hace difícil elegir una exposición favorita. Cada una fue organizada con dos años de anticipación, y a todas les han tomado cariño. “Cada exposición que viene es nuestra futura exposición favorita, porque la trabajamos en la prensa antes y estamos en contacto con el artista, entonces estamos ilusionadas con la muestra”, dice Rosita.
En 20 años muchas cosas han cambiado, dicen. El escenario del arte no es el mismo que cuando partieron. En los inicios de la galería, muchas veces llegaban papás a pedirles que conversaran con sus hijos y los convencieran de estudiar Arquitectura en vez de Arte. “Hoy día eso no pasa… Hoy día Arte es una carrera como cualquier otra”, dice María Elena, que es fan de los artistas jóvenes. Es lo que más la inspira, trabajar con las nuevas generaciones. Eso, y sacar el arte a la calle. Hicieron el Paseo de Las Esculturas La Pastora en Las Condes, y el proyecto Ciudad Empresarial. También han organizado miles de otras actividades como simposios, charlas, concursos, talleres y comidas.
Para coronar los 20 años, publicarán el libro 305, que rememora las 305 exposiciones que han montado y convocaron al concurso Artespacio Joven-BBVA en cuatro disciplinas –pintura, escultura, fotografía y grabado– en el que han participado más de 200 artistas. Y si bien no quieren adelantar cuáles son las novedades que traerá la galería en el futuro, sí dicen que tendrán un par de sorpresas para los jóvenes que anunciarán en la fiesta de celebración en octubre. Sólo queda esperar.