Hay pocas cosas que le apasionen más que la decoración. Desde chica sintió una atracción muy fuerte por los colores y objetos lindos. Aunque estudió psicología, su lado artista la llevó a dedicarse a esto y no se cansa de decorar casas, de pensar espacios, cada uno con un sello particular.
La tienda de María Teresa Cerveró, en Nueva Costanera con Alonso de Córdova, siempre ha sido un emblema del barrio y hoy tiene una nueva cara. Decidió remodelarla porque sintió que ya había cumplido una etapa en su vida: sus hijos Tere (35), Cote (32), Ignacio (30) e Isabel (26) crecieron, y para empezar la siguiente necesitaba un cambio.
La casa tiene nueve ambientes, además de un departamento de tapices y una galería de arte con la que pretende dar impulso a una nueva generación de pintores. Cada espacio tiene un carácter distinto; mientras uno propone una sala de estar en la playa o la montaña, el otro apuesta por un living más elegante. Pero todos son acogedores. Todo lo que hay dentro (sofás, sillas, mesas, lámparas, cuadros, alfombras, espejos, cortinas) se vende. También hace asesorías en decoración y tiene un equipo que fabrica muebles con las mejores terminaciones.
En su vida, nada se repite. María Teresa dice que una de las peores cosas en el rubro de la decoración es que todas las casas sean iguales, ella siempre apuesta por espacios armados a la medida de quienes los habitan. Lo que más le gusta son los accesorios, recorre hasta los rincones más recónditos de varias ciudades del mundo para conseguir cosas distintas, únicas. Además es extremamente observadora. Muchas de las ideas las saca de sus viajes, siempre anda con su cámara y busca que nada pase desapercibido. “No hay que pasar por la vida sin mirar. Trato de que no se me escapen los momentos lindos de la vida”, cuenta.
Fue así como decidió qué usaría para decorar la entrada de su tienda. En un viaje a París capturó con su cámara un paisaje del jardín de Luxemburgo que le fascinó: la mandó a ampliar y con eso cubrió toda la pared. Como sacado de un cuento, lo mismo hizo con una vitrina que hay en la escalera para subir al segundo piso. De fondo, puso una foto de otra parte del jardín con flores de muchos colores y adelante, a una maniquí leyendo un libro y haciendo un picnic con un sombrero que era de ella.
Una de las claves del trabajo de María Teresa es la buena mezcla. Dice que no hay nada más siniestro que decorar los espacios todos con un mismo estilo. Por eso ella busca un equilibrio entre el color y la sobriedad, entre lo clásico y lo moderno. En su tienda, unas cortinas calipso, un sofá morado y lámparas de todos los materiales y formas son algunos de los elementos con más personalidad. Eso sí, la dueña de la tienda no se guía por la moda ni tendencias, siempre decora según su intuición. Tiene un estilo propio y originalidad pura.
Av. Nueva Costanera 3735, Vitacura.
