La agenda de Eugenio Cox

Si bien viaja varias veces al año y su tono de piel delata un reciente recorrido por Turquía, Grecia y Dubai, Eugenio Cox reconoce que le encanta volver a su casa. En un departamento con vista al Bellas Artes tiene su refugio, un lugar lleno de objetos con significado y siempre puesto como si fuera a recibir a varios amigos: champaña, flores frescas, rico olor, música, luz de velas… Es conocido por su sentido del humor y por su sociabilidad, pero aclara que sólo le gusta rodearse de gente con buena vibra. El se define como desapegado, dice que una vida entera ligada a los viajes le ha enseñado a soltar y a dejar ir, que le carga andar acarreando. Partió a los 18 años cuando hizo de guía turístico por Europa y hoy continúa con su agencia Expan Tours y su programa Mundo Ad Portas en el 13C. Su próximo destino le gustaría que fuera Japón, uno de los países que le quedan en la lista de los pendientes. Lo suyo es tomar lo bueno, abandonar lo malo y andar ligero de equipaje.

 

  • Siempre me han gustado los mapas y mapamundis. Cuando hicimos el piloto de Mundo Ad Portas fuimos al Parque de los Reyes y mientras filmábamos en un local lleno de cosas agarré este globo terráqueo y empecé a explicar unos recorridos con él en la mano. Apenas terminamos de grabar, lo compré.

  • Desde chico que me fascinan los aviones. Cuando tenía 13 años iba después del colegio con un amigo al aeropuerto todos los días. Esta colección de avisos publicitarios los he ido recolectando y encontrando desde hace 20 años. Da cuenta del glamour que tenía asociado antes el hecho de viajar. Me gustaría exponerlo algún día.

  • Los olores para mí son fundamentales. Siempre tengo distintas velas, inciensos y aceites. La mayoría los traigo de mis viajes. En este minuto mi olor favorito es el de cedro y el de higo.

  • Estas dos bolas las compré en Venecia cuando fui a la santificación del Padre Hurtado con la Echi Covarrubias, una gran amiga. Es un recuerdo que tengo de ella, trato de buscar a mi amiga en su reflejo.

  • Tengo un tuto que llevo a todos mis viajes. Lo compré hace años en las islas Gili. Trato de no lavarlo para que tenga olor a hogar. Me sirve de abrigo, me lo enrollo en el cuello para dormir en el avión, me lo pongo en la cabeza… Que se me quede el tuto es como que se me quede la billetera.

  • Estas seis copas me las regaló un amigo y tienen un valor sentimental gigante.

  • Todos los “I” son fundamentales en mis viajes. Me dejan sacar fotos, videos, trabajar, oír música. Gracias a ellos puedo hacer lo que hago. Son mi oficina.

  • Cuando viajo me gusta saber de los lugares, pero voy con la mente totalmente abierta para dejarme sorprender. Tengo mas de 200 guías de viajes, las leo y hago notas de voz de los pasajes que me gustan y después lo oigo en mi iPhone.

  • Siempre hay flores frescas en mi casa, me alegran mucho la vida.

  • Esta colección de aviones la partí comprando a bordo de los diferentes vuelos que hacía. Después algunos amigos me empezaron a regalar y se fue agrandando. Tengo algunas joyitas como el Air force One, aviones de Pan Am, o un Swiss Air de colección.

  • Ando siempre con esta foto de mi mamá. Una vez pensé que se me había perdido y ahí me di cuenta de lo mucho que me importaba.

  • El World Travel Adaptor es lejos mi mejor compañero de viajes. Es lo primero que meto a la maleta.

  • Mi abuela paterna es hermana de la Marcela Paz y hay quienes dicen que los primeros dibujos de Papelucho eran de ella. Este cuaderno me lo regaló mi papá, son sus bosquejos. Me pidió que se lo cuidara…

  • Puede no haber nada más en mi refrigerador, pero nunca faltan vino, chocolates y champaña.

  • En marzo de este año decreté que ya no iba a usar más el auto. Ahora me muevo para todos lados en bicicleta. La ciudad se vive de otra manera pedaleando.

Inspírate en tienda BazarED.cl