Es el hombre del millón de amigos. Simpático, relajado, con mil cuentos e historias entretenidas que contar y muchos objetos que mostrar, Germán Tagle es también un creador innato, un artista y pintor cien por ciento, como él mismo se define. Casado y papá de unas mellizas preciosas, hace poco volvió a Chile luego de vivir en Buenos Aires y Brooklyn por varios años. Ahí logró consolidar su carrera, hacerse un nombre entre los artistas locales, exponer en varias galerías y sacar la voz a través de sus cuadros. Intenso y siempre a mil, tiene esa capacidad de dividir su tiempo a la perfección y dedicarse a su familia tanto como a sus obras. De hecho en lo que va del año ya cuenta con una colectiva en la galería Patricia Ready, una participación en la feria MACO ( México), una muestra en el Museo Del Barrio en Nueva York y otra en el Museo de Arte Moderno de Nevada. Nada mal ¿o no?
Partí usando sombreros por moda, pero después por necesidad, especialmente para protegerme del viento. Los anteojos de sol me los compré cuando fui a la feria Art Basel en Miami y no veía nada. Los ópticos me los mandé a hacer en Chile. Son el mismo modelo, el Wayfarer, un clásico de Ray-Ban.
Desde el 95 tengo estos cuadernos en los que escribo sobre mi trabajo. No tienen orden cronológico. Los llamo Cosas que no importan y algunos capítulos Información fuera de lugar. Los grandes los tengo en mi casa y los chicos son de bolsillo.
En el 2007 fui con mi hermano al acuario de Coney Island y me compré este pulpo. le puse Octavio.
Descubrí que sale mejor pintar con materias primas premium y estas brochas son de una marca bien buena. Su pelo es muy suave y el formato extra grande, mucho más de lo común. Me gustan porque con el uso se han ido transformando en objetos.
Estos libros intervenidos son obras de apoyo que forman parte de mi manifiesto. Los dos cruzados demuestran cómo el arte se va destruyendo a sí mismo, el rojo lo usé en un video y el transparente es parte de la columna vertebral del trabajo Por la razón o la fuerza.
Desde chico que me gustan las chaquetas de cuero, siempre las he usado. Estas me las compré en diferentes lugares, desde tiendas de ropa usada hasta otras más caras.
Una vez que fui con mi mujer a Machu Picchu me compré estos monitos que son una pareja. El mortero me lo regaló un machi mapuche en el Conguillío. Es de piedra y lo voy a usar en un proyecto que tengo para promover la región.
Mi abuelo paterno, Germán Tagle, me heredó este teléfono que era suyo. Lo he usado para hacer pequeñas instalaciones medio tétricas junto a una dentadura y una libreta.
Empecé esta colección de libros de arte hace mucho tiempo y se transformó en una obsesión. La mayoría me los he comprado afuera, porque en Chile no hay mucha variedad. Tengo de todo tipo de artistas, unos conocidos y otros no.
Este bar se ha transformado en uno de mis mejores amigos. Me lo regalaron para mi matrimonio y es un refrigerador antiguo. Es como un búnker que hace más elegante el acto de tomar piscola.
Otra colección que tengo son estas advertencias de cajetillas de cigarro. Empecé a juntarlas cuando trabajaba en un bar y me di cuenta de todo lo que fumaba la gente. Pensé en hacer algo con ellas, pero al final quedaron como una prueba que esta advertencia no sirve porque la gente fuma igual.
Esta máscara me la encontré botada afuera de mi departamento en Nueva York. Es original de la Segunda Guerra Mundial. La usé en una exposición en la galería Patricia Ready para una intervención que hablaba de la toxicidad.
Esta bandeja fue un regalo de un vecino en Nueva York cuando me volví a Chile y está hecha del material que se usa para propulsar los cohetes.
La mitad del tiempo trabajo en mi taller y la otra mitad mando fotos por mail o leo cosas de arte en Internet. Por eso este computador se ha transformado en mi fiel compañero. Al principio pensé que eso de tener un Mac era pura moda, pero ahora me doy cuenta lo fácil y práctico que es.
Tengo una relación de amor y odio con Andy Warhol y esta taza tiene que ver con eso. Está en mi taller y la uso exclusivamente para guardar mis lápices de óleo.
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