Imposible vestirse para ir a la oficina sin pensar por un segundo qué nos va a decir Ignacio: conocerlo es dejarse influenciar por él. No vamos a tratar siquiera de ser objetivos, esta agenda es muy personal. Cómo no, estamos hablando del fundador de ED y nuestro adorado director por más de 17 años, que este mes nos deja. Nos ha enseñado qué es bonito y qué es feo, a ser más auténticos, atrevidos, menos prejuiciosos, más generosos con el resto y con nosotros mismos, a tener sentido del humor y, sobre todo, a vivir mejor, mucho mejor… Ese es su gran legado profesional. Aunque era probablemente el personaje más indicado para esta sección, tuvimos que esperar que hiciera su último número para convencerlo. Tiene harta cosa que mostrar, es fanático de las velas Diptyque desde que nadie las conocía y en su clóset las va juntando bien ordenaditas, lo mismo que pasa con los zapatos, camisas, pañuelos, trajes, anteojos. El sabe usar todo con gracia, combinaciones inusuales, sobre todo, esa elegancia tan natural que lo caracteriza. Por algo siempre sale elegido como uno de los hombres mejor vestidos del país.
“Mis accesorios predilectos son los pañuelos,
jockeys y guantes. También las bufandas: abrigándome el cuello me siento abrigado entero. Además encuentro que dan look”.
“Soy un fanático de los chocolates de Damien Mercier. Los florentinos, las naranjitas y las giandujas son mis favoritos”.
“Me encantan las revistas y estoy suscrito a varias. Los libros de decoración, arte, moda y fotografía son mi fetiche, los compro por Amazon”.
“Esta mesa me la regaló Juan Pablo Molyneux y su mujer Pilar. Es única, no hay otra en el mundo, y la hizo especialmente para este lugar. Es de bronce, piedra y tiene una cubierta de coral color tortuga hecha a mano en Italia”.
“Este traje era de mi papá, de hace probablemente 40 años. Tengo varios de él, hechos en Buenos Aires y Londres. El más oscuro es hecho a medida por el sastre Esteban Fuentealba”.
“Me encanta la vista que tiene mi departamento. Es como un pulmón virgen”.
“Uso bastante la bicicleta, porque vivo en el epicentro del taco en Américo Vespucio. Me voy en ella a la oficina, al gimnasio y además subo el cerro el fin de semana. Así ahorro tiempo y hago un poco de ejercicio”.
“Annick Goutal es una perfumería que en un principio era más artesanal y todavía mantiene un poco de eso. Uso sus perfumes hace 20 años, especialmente Eau de Monsieur, Eau d'Hadrien y Mandragore”.
“Rio y París son los lugares donde más me gusta ir. Son los dos distintos, pero cada uno tiene su personalidad. Rio, por la playa y la gente, y París porque es París”.
“Me encantan los zapatos. Tengo varios pares que se me han ido juntando con los años porque los cuido mucho. Incluso tengo algunos heredados de mi papá y abuelo que uso de repente”.
“Me encanta el champagne, sobre todo el francés, pero como no se puede siempre, el Cruzat Rosé no está nada de mal”.
“Desde que conocí las velas Diptyque no he dejado de usarlas. Los olores que más me gustan son el jazmín y el opopanax. Y si se acaban las Diptyque, harto buenas están las de Pablo Duich”.
“Si hay algo que me importa tener en mi casa son flores. En todos lados: pieza, baño, cocina… Me gustan porque dan olor, armonizan, dan vida”.
“Me gustan los cuadros oscuros. Este fue el primero que compré de Francisco Bustamante y es de su primera exposición”.
“Uso productos Kiehl’s. La crema para la cara y las manos, la cosa para los labios. Me gustan porque no tienen olor”.
“El Miraolas es mi restaurant favorito en Santiago, casi el único al que voy. El pescado es fresco y la atención es excelente, aunque el lugar no es bonito… es como mi segunda casa”.
