Sólo necesita un buen café y zapatillas para partir bien el día y con esa misma simpleza enfrenta la vida. Su casa es sobria y elegante, pero sobre todo un lugar que transmite paz. Y su estilo, totalmente auténtico, al punto que no se maquilla ni ocupa accesorios, le gusta mostrarse tal como es. Para ella la diferencia está en el detalle, un rico perfume, un color llamativo… Algo simple, pero que en ella es parte de su distinción. Vital y con la risa a flor de piel, trabaja en una agencia de comunicaciones con unas amigas, se desvive por su hijo Mariano y por sus perros Bruna y Borja. La música es fundamental en su vida, es su compañera e inspiración para los desafíos que tiene hoy como mamá y profesional.
Hace años empecé a coleccionar mugs que iba juntando en distintas etapas de la vida y en distintos lugares del mundo. Cada uno tiene su historia.
Me gustan las zapatillas y los zapatos planos porque son funcionales y cómodos. Desde que llegaron las Pretty Ballerinas me compré un par, pero las tendría todas.
Este cuadro me lo regaló la Titi Valdés en Washington el año 2013, justo cuando fue para allá a presentar su exposición Flow.
Este chal de Kenzo me lo regaló mi mamá. Me encantan los colores, porque en invierno, cuando uno se viste de negro, te da vida, si no es muy fome.
No me gusta escribir en tablets ni celulares. Lo hago en libretas, tengo miles. El único problema es que después se me olvida en cuál de todas escribí.
Este mono me lo hizo mi hijo Mariano cuando tenía 9 años. Tiene una oreja que se le cae siempre y se la hemos tratado de pegar con de todo, pero se sigue saliendo. Lo tengo puesto en un librero en mi pieza y está ahí como protagonista.
Estas figuras me las compré en una feria de las pulgas en Georgetown. Me encantaron, aunque no estaba tan convencida de comprarlas. Mi mamá me obligó.
Escribo con plumas porque se ajustan a tu mano y hacen que la escritura se haga parte de ti.
Siempre estoy buscando algo nuevo para leer. Ahora estoy leyendo un libro que se llama The Goldfinch , de Donna Tart.
Trato de salir todos los días a correr, pero me cuido de no abusar. Para mí, un buen día empieza con un café y un par de zapatillas.
Fui florista. Por eso tengo la mala costumbre de tener siempre en mi casa flores frescas. Para que duren varios días, las saco todas las noches al jardín.
Todas estas medallas son importantes para mí. Creo que la carrera más significativa es la de la media Maratón de Santiago 2011 por su nivel, pero la de Cachagua también me marcó porque la corrí con mi hijo.
Esta toalla turca me la compré en Washington. Me encanta porque soy muy acuática y me fascina ir a la playa. La uso de pareo y después de toalla.
Este cuadro me lo regaló Ramuntcho Matta para mi cumpleaños el año 2012. Fue muy especial, porque lo dibujó especialmente para mí. Fue justo cuando fue a Washington a presentar su película Intimatta.
Con mi hijo Mariano nos encanta ver películas juntos. Y a mí me fascinan las series. Hace poco terminé de ver la segunda temporada de Orange is the New Black.
Me aburro de los olores, por eso tengo tantos perfumes distintos, así tengo siempre uno nuevo para usar. Me gustan los aromas suaves y no muy dulces. Uso perfume porque, como no me pinto, es como la coquetería.
Para mí la música es muy importante y la escucho en cualquier parte de mi casa, por eso tengo parlantes en todos lados. A los verdes les puse Arturito. Estos me los regaló mi hermano.
Soy fanática de las fotos y de los álbumes. En Estados Unidos compré algunos y me gusta decorarlos y escribir a los lados lo que estaba pasando en el momento de las fotos. Tengo muchos, y mi casa también está llena de fotos.
