ALESSANDRO MICHELE
El nuevo hombre de Gucci
No fue ni Tom Ford, ni Hedi Slimane, ni tampoco Riccardo Tisci. Un desconocido Alessandro Michele se haría cargo de rehacer todo el trabajo de la que sería la última colección masculina de Frida Giannini para Gucci. Todo bajo su poder: diseño, casting y puesta en escena. Pero Michele era hasta ese momento un completo desconocido. Y sí, claro, tenía experiencia en la compañía y su mano era reconocida en el circuito, pero su nombre a nivel masivo no decía mucho más.
Dejando de lado tanto análisis, Alessandro Michele a partir de ahora liderará las colecciones masculina y femenina de la casa italiana que históricamente ha tenido una especial fascinación por el cuero como material para sus colecciones y accesorios.
Michele tiene 42 años, se formó en la Accademia di Costume de Roma, trabajó para Fendi, hasta que en el 2002 entró a Gucci; en 2011 fue nombrado director adjunto por la entonces mandamás, Frida Giannini. En el equipo de Giannini tuvo responsabilidad directa sobre los artículos de cuero, zapatos y joyas. Su excelente trabajo en la sección de accesorios de Gucci llamó la atención de la industria. Y desde entonces, no ha dejado de impresionar por su capacidad de reinvención. Por su creatividad y experiencia en Gucci, Alessandro Michele se confirma como un sólido director creativo.
Después de su primer desfile quedó claro que su estilo se sitúa más cerca de Prada y de las películas de Wes Anderson. Gucci ya no es el súper hombre consciente de sí mismo, ahora es más introspectivo y más joven, pero también más inteligente y más seguro de su propia virilidad. Sin embargo, llamó la atención que, sin potenciar el lado andrógino, todas las prendas que mostró en la pasarela para el desfile masculino podrían ser llevadas por un hombre o una mujer. De esta manera, se intuye que la primera colección para las mujeres “made in Michele”, podría ser más femenina, pero desde un lado más intelectual, delicado, retro, quizás hasta menos sexy.
VICTORIA BECKHAM
La revancha definitiva
«Sonrío por dentro”, afirmó una eternamente perpleja Victoria Beckham en un video para la versión norteamericana de Vogue. Y es que razones tiene para sonreir, porque la ex Posh Spice y mujer del célebre David Beckham es hoy la que más trabaja y la que más aporta para el sustento familiar. Se calcula que su fortuna personal asciende a unos 292 millones de euros, superando a los 229 de su marido futbolista, que ya retirado de las canchas sólo se gana la vida por contratos publicitarios. La siempre ambiciosa Victoria jamás imaginó este éxito tan rotundo. Y todo gracias a la moda.
Pero también está su olfato para los negocios, porque la ex chica seria y glamorosa de las Spice Girls y hoy madre de cuatro hijos, fue nombrada la Mejor Emprendedora del Reino Unido por la revista empresarial Management Today, y esto se sustenta con datos duros: la empresa de moda fundada por Beckham en 2008 ha experimentado un crecimiento de más de un 3.000% en los últimos siete años. Por su parte, la firma facturó en 2014 un total de 38 millones de euros.
En 2008, para la industria Victoria Beckham no era más que otra famosa que estampaba su nombre en cualquier baratija que le pusieran delante. Era la época en la que comercializaba tanto perfumes como maquillaje como anteojos de sol y los profesionales de la moda no la tomaban en serio. Lo primero que probó para diseñar fueron jeans y es justamente esa línea la que ahora suprimirá dándole espacio a la moda más de autor y de paso haciendo desaparecer cualquier vago prejuicio de aspirante a diseñadora.
Hoy, Victoria Beckham tiene a su haber el premio a la Mejor Diseñadora Británica. Su firma se vende en más de 60 países, su colección está incluida en la Semana de la Moda en Nueva York, ha abierto una elegante boutique en Londres, abrirá una segunda en Hong Kong, se ganó el respeto de todos, calló a los críticos y ahora está concentrada en seguir cultivando su perfil de empresaria seria. Cómo nos cambia la vida.
RAINER ANDREESEN
El regreso de los caballeros
Cuando hace algunos años algunas editoriales hablaron del regreso de los caballeros como los nuevos referentes de la moda, apareció quien quizás sea el modelo icono de este fenómeno. El canadiense de 52 años Rainer Andreesen fue elegido por Vanity Fair en su edición de septiembre 2014 –dedicada al estilo– como uno de los hombres mejor vestidos del año. Compartía lista con Colin Firth, Eddie Redmayne y Pharrell Williams. Un año antes, el sitio web Gawker lo nombraba “el hombre más sexy del mundo”. Figura recurrente en avisos publicitarios de Polo Ralph Lauren, Perry Ellis y J. Hilburn, su rostro nos resulta familiar pero su figura aún no es del todo masiva.
Rainer Andreesen vive en el West Village junto a su pareja de hace 15 años, el actor Victor Garber (Titanic, Argo), pero mantiene su refugio en las afueras de Manhattan, donde desarrolla la mayor de sus pasiones: la pintura. Autorretratos masculinos con un trazo clásico y muy realista son el motivo recurrente de sus óleos, pasión que desarrolla hace 20 años pero que reconoce que practica cada vez menos. Más de la mitad de su tiempo lo ocupa en ponerse frente a una cámara de fotos. Graduado con honores de Artes en la Universidad de Vancouver, años después fue reclutado para una agencia de modelos exclusiva de casas como Armani, Gucci, Hugo Boss y Ermenegildo Zegna. En paralelo, se hacía un nombre como retratista sumando a connotadas celebridades como sus clientes y admiradores. De ahí la férrea amistad que tiene con actores como Bradley Cooper y Ben Affleck. Hoy, Andreesen es invitado oficial a cuanta gala existe en la Gran Manzana. ¡Y vaya cómo se luce!
JEREMY SCOTT
El diseñador del pueblo
¿Se puede estar a la moda a partir del mal gusto o de lo mainstream? ¿Se puede crear tendencia ante lo que para muchos podría ser una gran tomadura de pelo? Zapatillas con la cara de Tribilín, vestidos con forma de helados de barquillo, colecciones enteras inspiradas en Los Picapiedras y poleras con la cara de Shrek, cuando el gris minimalista de la moda Mad Men parecía ser la corriente que había que seguir.
Quién se atrevió a tamaña osadía? Su nombre es Jeremy Scott, el más irreverente de los directores creativos de las marcas de vestir en la actualidad, un estadounidense nacido en Kansas que nada tiene de convencional. En 2013, se mudó a Milán para convertirse en la cabeza de Moschino y el derroche de humor e incorrección no para hasta hoy. Porque no digamos que Moschino tiene algo de obediente. Mujeres con traje de noche con una vaca estampada o camisas de fuerza con el slogan “sólo para fashion victims” en la espalda, cuentan entre los numeritos de la casa de moda italiana y Jeremy Scott le venía como anillo al dedo para esos afanes.
Su primera colección para la marca se inspiró en la junk culture (cultura basura) y eso le dio una excusa para crear diseños inspirados en McDonald’s pero con aire a clásicos de Chanel, candados dorados y estampados de Budweiser y Bob Esponja. La segunda colección tuvo de musa a la muñeca Barbie en un empalagoso homenaje al rosado en todos los formatos posibles. Eso, hasta el lanzamiento de un perfume cuyo envase es un oso de peluche y la prensa se rindió a sus pies. Sus propuestas creativas mezclan el pop, el kitsch, los dibujos animados y, para algunos, el mal gusto. Tiene fervientes seguidoras en estrellas como Katy Perry, Miley Cyrus y Rita Ora. Incluso la propia Madonna lo incluyó en su desfile de celebridades que aparecieron en su último videoclip Bitch I’m Madonna.
“Quiero mi ropa para vivir, para salir de fiesta, para divertirse, para crear un momento”. Con estas palabras arranca el tráiler del documental, que bajo el título Jeremy Scott: The People’s Designer, recorre toda la trayectoria del diseñador americano y que se estrenará el próximo 18 de septiembre cuando arranque la Semana de la Moda en Londres. Todo lo que imagina lo plasma y lo que plasma lo convierte en millonarios ingresos para Moschino.
MEGAN HESS
Dibujando el glamour
Megan Hess diseña sus dibujos con una pluma Montblanc. La llama cariñosamente “Monty”. Así de sofisticado es el hábito de esta ilustradora australiana, madre de dos niñas, rubia y de pelo ondulado, siempre impecablemente vestida, como la mejor de sus modelos, esas que casi siempre caminan por la Quinta Avenida vestidas de Chanel, con un café Starbucks en la mano o sumergidas en algún departamento con líneas art decó de esos que abundan en el Upper East Side.
Dibujos cotizados por todo el mundo. Autora de libros como The Dress y Fashion House, entre sus clientes cuentan Hermès, el Hotel Ritz de París, Yves Saint Laurent, Chanel, Vogue y Mercedes-Benz. Los mundos de la australiana Megan Hess son puro glamour y sofisticación, representan a una mujer de carácter fuerte y buen gusto. Megan Hess se inspira en iconos de los años 50 como Sofía Loren y Audrey Hepburn y su éxito comenzó cuando Candace Bushnell, la autora de Sex and The City, la llamó para que ilustrara la portada de su célebre creación, esa que luego alcanzaría la gloria televisiva.
Diseñadora gráfica de profesión, cuando era una veinteañera trabajó en una tienda de departamentos en Londres y uno de sus primeros encargos lo hizo para Tiffany & Co. y su icónica tienda de la Quinta Avenida. Megan Hess es el retrato fiel de una de sus caricaturas. Impecable, sonriente, vestida de fiesta y a sus espaldas, un gran ventanal con la Torre Eiffel a lo lejos. Su Instagram es @meganhess_official.