Históricamente se ha asociado a la moda con el maltrato animal y a una reputación poco sustentable. Para sacarse este estigma, Belén Trivelli y Paulina Robson han demostrado que se pueden fabricar artículos exclusivos utilizando materiales de desecho, como el crin de caballo y el cuero de salmón. La primera recolecta los restos de pelo de la cola y la tusa de los caballos en el Club Hípico de Santiago, luego los afieltra, prensa y plancha para hacer sus carteras y billeteras Domado, las que vende a pedido. Por su parte, Paulina recibe las pieles de la salmonera Camanchaca, las curte y les da una terminacion especial para resaltar la belleza de las escamas. Sus accesorios tienen herrajes enchapados en oro de 24 kilates y pueden llegar a costar hasta US$3 mil. Hace reparto gratuito a todo el mundo.
