Se supone que la verdadera minifalda debe dejar a la vista por lo menos la mitad del muslo, pero las primeras, esas que hace medio siglo generaron casi tanto revuelo como el bikini, llegaban con suerte un par de centímetros sobre la rodilla.
1965, Melbourne Cup Carnival, Australia. El evento deportivo (y fashionista) más importante de Australia esperaba con ansias la llegada de una de las invitadas top: la súper modelo inglesa de 22 años, Jean Shrimpton. Y apenas apareció se convirtió en el foco de todas las cámaras, gracias a un vestido que le llegaba 10 centímetros sobre las rodillas y que, por si fuera poco, se atrevió a usar sin guantes, sin sombrero y ¡sin medias! Por primera vez, desde la carrera inaugural en 1861, las portadas de los diarios del día siguiente no hablaron sobre el caballo ganador; esa vez, sólo tuvieron espacio para las piernas de Shrimpton.
Ese mismo año, Mary Quant, en Inglaterra, y André Courrèges, en Francia, empezaron a experimentar con polleras más cortas, convirtiéndose en los inventores para el resto del mundo de esta prenda de vestir. Aunque Quant, con frecuencia citada como la principal responsable de esta revolución, dijo: “No fui ni yo ni Courrèges quienes inventamos la minifalda, fueron las jóvenes en las calles las que lo hicieron”.
1967, revista Time, “Next, the maxiskirt?”. Así titula la publicación norteamericana uno de sus artículos de moda, donde se pone en duda la permanencia de esta tendencia. “Ahora que la minifalda se usa 20 centímetros por sobre la rodilla, es evidente que la única dirección posible para el ruedo es ir hacia abajo. La pregunta es cuándo. La respuesta, de acuerdo a varios diseñadores: el próximo otoño”, dicen. Pero ese mismo año Mary Quant afirma que la minifalda llegó para quedarse. Y no podía ser más cierto.
Madonna y Blondie; Twiggy y Brigitte Bardot; Alicia Silverstone, Sarah Jessica Parker, Blake Lively y Alexa Chung; Kate Moss y Naomi Campbell; y hasta Lady Di y Jackie Kennedy, todas la usaron en algún minuto, con más o menos centímetros.
Desde Teen Vogue hasta Harper’s Bazaar, basta hacer una búsqueda rápida en Google para confirmar lo que ya se intuye: la minifalda está más de moda que nunca, en todas las versiones posibles. Según Style.com es una de las tendencias claras en las últimas colecciones Resort 2014, y se vio en las pasarelas de Michael Kors, Alexander Wang, Emilio Pucci y Versace, entre muchos otros. Ha sido reinventada tantas veces durante estos años, que hoy hay minis para todas. Incluso minishorts, una de las tendencias para esta primavera, según varias publicaciones. “Los shorts fueron las estrellas ignoradas de las pasarelas de primavera”, publicó la revista Elle. Y es que parece que todas las grandes casas de moda se rindieron ante esta prenda, cómoda y versátil: Chloé, Hermès, Carolina Herrera, Dolce & Gabbana, Fendi y Armani, todos mostraron distintas versiones, desde minishorts de talle alto en un look bien playero, hasta otros más entallados, que se podrían ver incluso en la alfombra roja.
Pero si de minifaldas se trata, sin dudas fue Marc Jacobs, con su colección de primavera 2013 para Louis Vuitton, el que le hizo un homenaje a esta prenda y a toda una década. En una pasarela inspirada en el trabajo del artista francés Daniel Buren, desfilaron modelos con minivestidos y minifaldas con el clásico estampado de damero, a estas alturas una marca registrada de la casa de modas. Con una puesta en escena increíble, Jacobs hizo recordar la elegancia simple de los años sesenta, y a iconos como Twiggy y Mary Quant.