Las buenas tradiciones merecen perdurar. Y desde 2009, los operáticos chilenos cuentan con una muy buena en Santiago: asistir al Teatro Nescafé de las Artes para ver, en pantalla grande y HD, las transmisiones en directo de algunas de las óperas más esperadas de cada año en uno de los más importantes teatros líricos del mundo, el Metropolitan Opera House (MET) de Nueva York. Estas emisiones cumplirán una década en esta temporada 2015-2016, ya que partieron en 2006 en Estados Unidos; y desde 2009 Chile es uno de los 70 países que disfrutan simultáneamente de los espectáculos.
Este año, siempre en día sábado, se transmitirán diez títulos, cinco de los cuales se presentarán en nuevas producciones. Todo parte este mes, precisamente con uno de los compositores ineludibles en el repertorio operístico universal, el italiano Giuseppe Verdi, y en esta ocasión por partida doble, con dos de sus obras más célebres: primero, el sábado 3, El trovador, en la puesta en escena de Sir David McVicar que ya se transmitió en 2011 y otra vez dirigido por Marco Armiliato; repetirá en sus papeles a Dolora Zajick y el barítono ruso Dmitri Hvorostovsky (quien interrumpió el tratamiento para el tumor cerebral que está teniendo en París sólo para cantar en estas funciones), e incorporará como protagonista al tenor coreano Yonghoon Lee (quien cantara hace unos años en Chile) y a la soprano más famosa del mundo y principal diva invitada del MET, la rusa Anna Netrebko. Luego, el 17 de octubre regresa el inmortal Otello, título que ya se transmitió en 2012 pero ahora cuenta con una nueva puesta en escena que reemplaza a la anterior que se usó durante dos décadas; esta propuesta inauguró el 21 de septiembre la temporada del teatro, y está a cargo de Bartlett Sher, director teatral estadounidense venido de Broadway que ya ha dado que hablar en el MET con las óperas El barbero de Sevilla, Los cuentos de Hoffmann, El conde Ory, El elixir de amor y la contemporánea Two Boys; bajo la batuta de uno de los directores de moda hoy en día y especialmente solicitado en el teatro neoyorquino, el francés Yannick Nézet-Séguin, la tragedia inspirada en Shakespeare estará protagonizada por el tenor letón Alexsandr Antonenko, el barítono serbio Zeljko Lucic y una de las sensaciones del último tiempo, la soprano búlgara Sonya Yoncheva.
Pero incluso más que Verdi, será otro italiano fundamental en todos los teatros de ópera del mundo quien dominará la programación de este año: Puccini, con tres títulos, dos de los cuales vuelven en montajes ya conocidos y otro en una nueva producción. Una de las últimas puestas en escena más legendarias que van quedando en el MET, la Turandot de Franco Zeffirelli, que lleva 28 años desde su estreno y que ya se transmitió en 2009, se repetirá el 30 de enero, esta vez dirigida por Paolo Carignani y cantada por las sopranos Nina Stemme (quien además en abril protagonizará Elektra) y Anita Hartig y el tenor italiano Marco Berti. Y el 2 de abril volverá a transmitirse la bella Madama Butterfly, creada en 2006 por el ya fallecido cineasta Anthony Minghella (El paciente inglés, El talentoso Sr. Ripley), ahora protagonizada por la soprano Kristine Opolais y el tenor Roberto Alagna. Pero de los títulos puccinianos seleccionados, el que mayores expectativas genera, y que también promete ser uno de los highlights del ciclo, es la nueva produccion de Manon Lescaut el 5 de marzo. La anterior, de Gian Carlo Menotti, databa de 1980, y no se presentaba desde 2008, pues se programa en el MET menos a menudo de lo que se pudiera suponer; esta vez estará a cargo del director teatral y cineasta británico Richard Eyre, quien ya ha firmado ahí Carmen, Werther y el año pasado Las bodas de Fígaro, y ahora traslada la acción desde el siglo XVIII a una estética de cine negro; con dirección musical del italiano Fabio Luisi, lo que más entusiasmados tiene a los operáticos de todo el mundo es la pareja protagónica elegida para el regreso de este sensual y conmovedor drama: nuevamente la letona Kristine Opolais (quien con su Butterfly y esta Manon, sumándose a La rondine y su aplaudido y comentado reemplazo a última hora el año pasado como Mimí en La Bohème, ya casi se está convirtiendo en la gran soprano pucciniana del MET), y quien es considerado como el tenor más cotizado del mundo en la actualidad, el alemán Jonas Kaufmann.
Así, en un ciclo donde reina el drama y están convocados los artistas más prestigiosos, se alternan las obras más «taquilleras» con las menos frecuentes, y las novedades con las producciones ya consideradas clásicas. Entre estas últimas, el tradicional Tannhäuser de Wagner, creado en 1977 por el régisseur austriaco Otto Schenk y que tras más de una década de ausencia vuelve el 31 de octubre; la orquesta será conducida por el director artístico del teatro durante más de un cuarto de siglo, el maestro James Levine, y en el elenco Johan Botha y Peter Mattei, además de la soprano holandesa Eva-Maria Westbroek interpretando a Elisabeth, rol que cantara por primera vez en 2012 cuando debutó en Chile, en el Teatro Municipal de Santiago. Y por otro lado, el nuevo montaje de una de las piezas claves del siglo XX, la provocadora Lulu de Berg, que volverá el 21 de noviembre en una producción que debería dar que hablar, ya que estará a cargo del artista visual sudafricano William Kentridge, quien ya brilló en 2010 con su mirada a otra ópera contemporánea, La nariz; nuevamente con Levine en la batuta –quien en 1977 estrenó la obra en el MET–, contará con una de las intérpretes más solicitadas del rol protagónico, la soprano alemana Marlis Petersen.
Pero las mayores novedades de estas transmisiones serán sin duda la ópera francesa Los pescadores de perlas y el estreno en el MET de Roberto Devereux. La primera, que cuenta con una bella partitura de Bizet y no se ha programado en el teatro neoyorquino ¡desde 1916! (cuando la cantó el mismísimo Caruso), se podrá ver el 16 de enero con un elenco dirigido por Gianandrea Noseda, encabezado por otra de las estrellas de la actualidad, la soprano alemana Diana Damrau, junto a Matthew Polenzani y Mariusz Kwiecien. El exótico argumento, ambientado en un Ceilán de tiempos de leyenda (la actual Sri Lanka), contará con la dirección escénica de Penny Woolcock. Y la segunda, gran ejemplo del belcanto, debutará al fin con la batuta del mismo maestro que la dirigió en Chile en 2001, el italiano Maurizio Benini, y con él y el régisseur Sir David McVicar finalizando así el atractivo desafío de montar las tres óperas que Gaetano Donizetti compuso conformando la llamada «trilogía Tudor», centrada en integrantes de esa familia real británica y que hasta ahora había permanecido inédita en ese escenario; tras los estrenos de Anna Bolena en 2011 y María Estuardo en 2012, ahora será la soprano estadounidense Sondra Radvanovsky quien además de interpretar a la reina Isabel I en esta ópera que se podrá ver el 16 de abril (cantando junto a Polenzani y Kwiecien), asumirá en la misma temporada a las protagonistas de los otros dos títulos, una hazaña que pocas cantantes han superado con éxito.
El cierre de esta temporada de transmisiones llegará el 30 de abril, con el nuevo montaje de la Elektra de Strauss. La tensa y enrarecida tragedia griega se ofrecerá en una co-producción entre el MET y cinco prestigiosos escenarios europeos, incluyendo la Scala de Milán y el Liceu de Barcelona; la puesta en escena del fallecido director teatral y cineasta francés Patrice Chéreau (La reina Margot) recibió múltiples elogios en su estreno en 2013, con la misma batuta que la dirigirá ahora, el maestro finlandés Esa-Pekka Salonen, quien guiará a un elenco que promete lucirse especialmente por sus figuras femeninas: la soprano sueca Nina Stemme será la atormentada protagonista, acompañada por Adrianne Pieczonka y la veterana Waltraud Meier.