restorán quijote revista ed

Patrimonio gourmet

En el remodelado edificio Ariztía  –una de las construcciones patrimoniales del centro de Santiago– se instaló el Quijote, un restorán de comida clásica y bien casera, pero con mucha onda.

Construido en 1921, en la intersección de las calles La Bolsa y Nueva York, el edificio Ariztía fue el primer rascacielos de Santiago, con sólo 12 pisos de altura. Por años estuvieron ahí las mejores y más importantes oficinas, y ahora está de vuelta. Después de una remodelación hecha por los arquitectos Andrés Orezzoli y Miguel Dulanto, este edificio patrimonial se está transformando nuevamente en el centro del barrio La Bolsa, con un primer piso lleno de tiendas entretenidas. Ahí se instaló el restorán Quijote, que ya era un éxito total con su local de Concepción. La remodelación de este espacio estuvo a cargo de los mismos arquitectos que restauraron el resto del edificio, siempre con la idea de respetar el lugar. “Es un espacio que no pretende más que celebrar la condición de lugar patrimonial en el cual se encuentra, mediante materiales nobles y elementos que lo realzan”, cuentan.

Lo primero que llama la atención al entrar es el techo de latón de color plata que trajeron de Nueva York para resaltar la altura del lugar. Después, la onda. Este no es cualquier restorán del centro, acá está siempre lleno de gente, con harto movimiento y además, atienden a otro nivel. Trabajan sólo con mozos de carrera, de esos que llevan años en eso y que se saben la carta al revés y al derecho. El menú, a cargo del chef  Sebastián Gamboni, es pura comida casera, simple y reconfortante, con toques gourmet. La idea es tener de todo en un solo lugar: hay pastas, pescados, mariscos y carnes, y uno de sus platos estrella es el cancato, una merluza gratinada con espinacas, queso y longaniza. También destaca el atún sellado en semillas de amapola con salsa de maracuyá, el risotto de locos y la plateada, que se cocina por más de 8 horas y queda para cortarla con el tenedor. Además tienen desayunos y cosas ricas para la hora del té.

La decoración estuvo a cargo de Cristián Pizarro, quien se preocupó de armar ambientes bien diferenciados: hay mesas largas con banquetas, mesitas chicas, de nicho y por supuesto el bar, que tiene mucho carácter y por su ubicación es el alma del restorán. La idea es que cada ida al Quijote sea una nueva experiencia.

Nueva York 52, Santiago. Teléfono 2243 7715. www.quijoterestaurant.cl

 

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