Variedades de sabores, temperaturas, condimentos y orígenes es lo que trae el área de gourmet al Bazar de este año. De los mismos creadores del Wain Bar, Ñam y Gustock surge Nómada, un bar-restorán que se inspira en el concepto del viaje constante como forma de nutrir y enriquecer la gastronomía. Es liderado por Pilar Astorga (chef que por estos días sigue en competencia en el programa Top Chef en TVN y que a su haber tiene cocinas como la de Ñam 2014, The White Rabbit, Explora Atacama, The Ritz-Carlton, además fuera de Chile, en el Bulli y El Celler de Can Roca).
La Cocinería, una cocina itinerante, es un nombre recurrente en el Bazar ED. Este es el cuarto año que lleva la bandera de la comida sencilla, con buenos productos y con esa cuota hogareña, que no pierde la delicadeza tan bistró que manifiesta su acotada carta. Otro must, su barra de pisco sours, con ingredientes como cedrón, canela, rica rica y hojas de estevia para los que quieran algo más light.
Alejandra Hurtado aterriza por segunda vez en el Bazar ED, esta vez no de la mano de la desaparecida Canela Patisserie, sino en un nuevo formato: La Cafetería de Alejandra Hurtado, donde despliega su reconocida expertise en pastelería. Los helados naturales con sabores a fruta de la estación estarán a la orden del día, más las limonadas en distintas versiones y los frappuccinos.
La Sanguchería vuelve rescatando lo tradicional de este bocadillo poniéndolo a otro nivel, con nuevas opciones y sabores. El sushi no podía faltar en este evento y Sushiban también entregará una variedad para todo tipo de gustos. Tempura, palta, salmón y queso crema son algunos de los ingredientes que formarán parte de la carta de Bazar ED 2014. La heladería Moritz Eis es un imperdible, riquísimos sabores hecho de los mejores materiales, para entregar exquisitos sabores en estos días de calor y actividad que ha traído el Bazar. Además de esas opciones, también están los carritos con dulces, cabritas y cuchuflíes, que acompañan esta lista de lugares gastronómicos. Y un stand con alfajores que venden los niños de Fundación Desafío, que trabajan promoviendo el desarrollo de personas no discapacidad intelectual para lograr que ellas se inserten en la sociedad como quienes con sus diferentes características, pueden aportar al desarrollo propio de su comunidad a través del trabajo.