Editorial
Nos tocó producir esta edicion en plenas vacaciones de invierno, perfecto para fotografiar refugios de nieve en su mejor momento, llenos de niños y de vida. Luego de una gran nevazón vino un día radiante y nuestra fotógrafa Anita López y la productora Maca Fernández partieron a primera hora a pesar de lo complicado del camino, para traernos el más lindo reportaje.
Ahora resulta bastante natural ver en Instagram a mucha gente de viaje, aprovechando los días de calor en Europa o las playas del Caribe; en la misma nieve, playa o en el sur de nuestro país. Dos semanas con las calles de Santiago más despejadas y otro ritmo en las oficinas…
En mi época las vacaciones de invierno significaban no ir al colegio dos semanas no más, quizás ir a ver una película o ir a Fantasilandia, con suerte salir un par de días a algún lado. Da gusto ver que ahora se valora mucho más salir en familia, hacer un break, darse el gusto de descansar a mitad del año. Finalmente los chilenos se están dando más permiso para pasarlo bien y creo que eso dice mucho del desarrollo de un país. Entender que muchas horas de oficina no siempre tienen que ver con la productividad y, por otro lado, que viajar, salir y disfrutar sí tienen un gran impacto en la vida de cualquier ser humano, es parte de una evolución. Y estos cambios por supuesto que se van reflejando en las casas, restoranes, hoteles, en el estilo de vida… Los refugios de nieve ya no son básicos, están pensados para sentirse en la montaña, para pasar las tardes en un ambiente agradable, para invitar a los amigos y tener todas las comodidades; los restoranes cada vez tienen más inversión en diseño y decoración, porque se sale a comer seguido, hay mucho más para elegir y la luz, la atmósfera, la música se valoran tanto como la comida… Y en los hoteles también ha habido un gran cambio. Hasta hace poco muchos soñaban con tener en sus casas una pieza como de hotel, con tecnología, diseño y un súper baño; pero ahora los hoteles quieren ser más como una casa y, como en el mundo se viaja cada vez más, también buscan representar el lugar en que se encuentran. Un hotel ya no puede ser impersonal. Eso también se está haciendo bien en Chile, con hoteles en lugares extremos y remotos, que han logrado plasmar en su interior el paisaje en que se encuentran, que integran en su construcción e interiorismo materiales de la zona, artesanías de los pueblos cercanos y menús hechos en base a ingredientes cultivados por ellos mismos.
El exceso de información y tener el mundo al alcance de la mano en cierta forma nos ha acercado a lo propio, ya no queremos que todo tenga look internacional y valoramos el hecho de que desde un hotel hasta nuestra propia casa en la ciudad, en la nieve o donde sea tenga un sello personal. Y eso es justo lo que quisimos reflejar en estas páginas de ED.
Magdalena Bock, Directora.
magdalenabock@ed.cl